Hoy ha sido un mal día, es la única sensación que tienes.
Llegas a casa, te pones el pijama, buscas una canción autodestructiva, te intentas relajar y buscas papel y lápiz.
Ahora puedes desahogarte sin miedo, nadie te va a juzgar.
Reflexionas, es increíble lo mucho que puede afectarte una persona, o dos o tres; te sientes pequeña, frágil y sola ante este mundo.
Estás cansada, no te apetece seguir con esta pantomima...
El verano transcurre muy rápido, los días tachados se suceden velozmente en tu calendario. No quieres que acabe, no quieres empezar ahí; ahí ni en ningún otro sitio que no sea el colegio.
Rápidamente circulan por tu cabeza un cúmulo de imágenes con sus caras, son ellos; sientes nostalgia.
Vuelves a interiorizar y dices: "Joder Patricia, qué insegura eres, qué cobarde y qué sola te sientes"
Te autodestruyes, es más fácil hacerlo tú misma a que lo hagan los demás.
La sensibilidad que me caracteriza me hace sufrir mucho, y esto no es nada, me queda toda una vida por delante para sufrir y sufrir...
Ahora lo he dicho todo, me siento más relajada, he sido capaz de compartir mis sentimientos más íntimos...
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