Angustia.

Una cucharada de helado, dos, tres, unas galletas, chocolate.
Estás deprimida y tienes ansiedad, sólo piensas en comer y calmar tu angustia.
De pronto paras en seco, te has arrepentido; oh no, subes a la báscula y es el remate...
Dos kilos más, ya no sabes qué hacer, tu autoestima está por los suelos.
Empiezas a ver fotos antiguas, ahora no te ves bien pero antes estabas peor aún...
No has salido hoy, no te apetecía; simplemente te apetece estar sola, relajarte y pensar.
¿Todo esto tiene sentido? Me pregunta una voz interior mientras reflexiono.
No sé a qué se refiere con todo esto, quizás me pregunte por la vida.
La vida siempre tiene sentido, supuestamente, pero sufrimos mucho y eso no nos gusta. Echamos la culpa a la vida, que es lo más fácil, sin entender que sufrir nos hace fuertes.
A veces creo que me pregunta por el amor, ¿el amor tiene sentido?
Pues la verdad es que no lo sé, lo único que sé es que cuando alguien está enamorado entra en una fase de atontamiento en la que es feliz. Lo malo es cuando el amor se rompe, es una de las heridas más difíciles de curar...
Otras veces creo que me pregunta por el dolor, ¿tiene sentido el dolor que sientes?
No, sé que no se merece mi dolor pero es inevitable, es algo que está ahí y que no puedo remediar; me duele el alma cuando pienso en él...
Ya no sabes por qué más te puede preguntar, no sabes cuál es la respuesta correcta...