Dicen que los buenos amigos estamos aquí para lo bueno y para lo malo, y es algo que no discuto.
Pero llega un punto en el que te cuestionas si esta afirmación es verdadera.
Yo, por ejemplo, no lo veo así. Sé que yo sólo estoy aquí para los malos momentos, lo tengo comprobado.
Cuando estamos mal el número de Patricia es el que está el primero para llamar, siempre me toca ayudar e intentar calmar la situación. Pero lo que realmente me duele es que en los buenos momentos, en esos de fiesta y de color rosa Patricia parece ser que desaparece del mundo y no existe.
Estas cosas duelen, pero en fin, como soy una buena amiga (como concepto que se tiene de ellos, digo) siempre estoy ahí.
De paso aprovecho para deciros que aquí estoy para todo; sí, sobre todo para esos malos momentos en los que simplemente necesitas desahogarte y llorar en el hombro de alguien.