miércoles, 22 de septiembre de 2010

Imaginación, dulce imaginación.

Era una mañana cálida y tímida, los rayos de sol se filtraban por las rendijas de la persiana…
Una extraña sensación invadía mi cuerpo y al ir al parque lo comprendí, él estaba allí, ¿quién era? No lo sabía, pero sabía que era él. Sabía que sería la persona con la que querría compartir mi vida. Él giró la cabeza y me vio, nuestras miradas se fundieron en una y sonreímos lentamente…

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