jueves, 5 de septiembre de 2013

A veces las amistades no son lo que parecen, pero creo que ya he aprendido la lección.
En mi corta vida, dieciocho primaveras, he sufrido lo que comúnmente denominamos palos; uno detrás de otro podría decirse, dentro de poco me podré construir un gran chalet.
El último fue de quien menos esperaba, de aquella persona que creía que jamás me iba a fallar; pero, una vez más, fui traicionada; así que, mejor sola que mal acompañada.




No hay comentarios:

Publicar un comentario