viernes, 23 de noviembre de 2012

‎22 de noviembre de 2012, 7:40 de la mañana.

‎22 de noviembre de 2012, 7:40 de la mañana.

El teléfono suena en el rotundo silencio de la casa, sólo yo estaba levantada; asustada lo cojo y es J.A., la voz le tiembla, está nervioso, me dice: "Patri, ha explotado la casa de debajo de tu tía", yo le grito y le pregunto que cómo están, por suerte me dice que su piso no parece afectado (viven en la misma plazuela), al mismo tiempo se oye una ambulancia y también un coche de policía que recorren la calle a toda velocidad; asustados en casa, nos tememos lo peor y empezamos a impacientarnos sin saber muy bien qué hacer. Llamamos a Inma, esperamos ansiosos su respuesta y, por fin, coge el teléfono; están bien, respiramos un poco más tranquilos y decidimos poner rumbo hacia su casa corriendo. La primera en llegar es mi madre, mi tía y mi prima están bien, se abrazan, lloran, están muy nerviosas y asustadas, pero están bien, están vivas.
Unas horas después Inma nos cuenta, temblando, lo que ha pasado, cómo lo ha vivido ella: "Estábamos dormidas y se ha escuchado un ruido muy fuerte, después todo se derrumbaba, creía que el edificio iba a caerse; al encender la luz estaba todo lleno de polvo y se escuchaba a los vecinos gritar preguntando que qué había pasado y que si estábamos todos bien, pero la vecina de debajo decía que no se podía mover, entonces he bajado a por ella y la he vestido, tenía el camisón quemado y también el cuerpo y el pelo.
Nunca olvidaré ese olor, esa sensación"

Ahora, por suerte, están bien, sólo queda en nosotros el gran susto que nos llevamos ayer...

No hay comentarios:

Publicar un comentario