domingo, 5 de febrero de 2012

Siempre me he considerado una chica soñadora, sensible, cursi, sincera, un poco pesimista y un tanto cabezona.
Sueño para ser feliz, es algo que necesito, necesito superar esa realidad que la mayor parte de las veces no me gusta, soñando todo es más fácil y, ¡es gratis!, aunque a veces duele.
Lo de ser sensible es algo que me ha tocado por herencia, mi sensibilidad llega a tal extremo que lloro viendo el anuncio de navidad de El Almendro, pero es algo que tengo como una virtud, el ser sensible me hace ver la vida desde otra perspectiva que muchos no llegan a ver, me tomo la vida con otra filosofía...
El pesimismo es una característica que no me gusta e intento cambiar, pero es muy difícil, supongo que soy pesimista porque no confío mucho en mí.
Y, por último, soy capaz de cumplir mucha de las cosas que me propongo gracias a mi fuerza de voluntad y a mi cabezonería.

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