Intentas sonreír, quizás la gente piense que eres feliz, mejor.
Llega un punto en el que duele demasiado, y ya no sabes a qué te estás refiriendo, te ves agotada física y psicológicamente, crees que no puedes más, necesitas descansar y recuperar tu vida.
Ahora mismo es uno de esos momentos, no me apetece seguir así.
Vuelve ese estrés que no te deja vivir; vuelven las exigencias a ti misma, aunque sabes que te consumen lentamente. Otra vez igual que siempre.
Tengo de nuevo ese miedo, quizás no sirva para ser una buena filóloga...
Tonta!!!! (con perdón pero...) Tonta!!!!
ResponderEliminar¿Cómo no vas a ser una buena filóloga? Si tú no eres buena filóloga, ¿quién lo será? Estoy segura de que conseguirás esa meta!! Y no se te ocurra volver a pensar que no será así; con la vocación que tienes es imposible que no seas una buena filóloga!!
Jajaja, es uno de los grandes miedos que tengo.
ResponderEliminarQuizás no me valore lo suficiente y sea ese el motivo de mi miedo...
Gracias por animarme :)
Un besito!