Adiós al 2012

Hoy, 31 de diciembre de 2012, me dispongo a recordar este largo, extraño y bonito año.
Reconozco que no empecé el año con buen pie, pisaría primero con el pie izquierdo..., por suerte, todo pasó y todo se arregló.
Hubo varias historias en mis días del 2012, algunas, muy buenas; otras, muy malas, por suerte, estas últimas se olvidaron y el dolor producido por ellas, desapareció. Se terminó el curso, acabé con buena media y orgullosa de mis resultados, tenía todo el verano para salir con los que eran mis amigos, pero todo cambió de la noche a la mañana, todo cambió  la noche del siete de julio. Ese día empezó mi historia con José, al principio todo bien, éramos un grupo unido con ganas de vivir nuestros mejores momentos juntos; pero, una semana después, las cosas empezaron a fallar, ya no éramos bien recibidos en el grupo; así que, borrón y cuenta nueva. Al principio no lograba comprenderlo, pero pronto me di cuenta del problema, se veían influidos por alguien nuevo en el grupo... Ahora doy las gracias a esa persona, pues fue la que introdujo a José en el grupo, sin él, no le hubiese conocido.
Finalmente doy las gracias a ese 2012 que me ha enseñado que la típica frase de: "los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano y te sobran dedos" es cierta; doy las gracias a todas las personas que han estado a mi lado y, sobre todo, doy las gracias a mi familia y a José, que ellos no me abandonan.

‎22 de noviembre de 2012, 7:40 de la mañana.

‎22 de noviembre de 2012, 7:40 de la mañana.

El teléfono suena en el rotundo silencio de la casa, sólo yo estaba levantada; asustada lo cojo y es J.A., la voz le tiembla, está nervioso, me dice: "Patri, ha explotado la casa de debajo de tu tía", yo le grito y le pregunto que cómo están, por suerte me dice que su piso no parece afectado (viven en la misma plazuela), al mismo tiempo se oye una ambulancia y también un coche de policía que recorren la calle a toda velocidad; asustados en casa, nos tememos lo peor y empezamos a impacientarnos sin saber muy bien qué hacer. Llamamos a Inma, esperamos ansiosos su respuesta y, por fin, coge el teléfono; están bien, respiramos un poco más tranquilos y decidimos poner rumbo hacia su casa corriendo. La primera en llegar es mi madre, mi tía y mi prima están bien, se abrazan, lloran, están muy nerviosas y asustadas, pero están bien, están vivas.
Unas horas después Inma nos cuenta, temblando, lo que ha pasado, cómo lo ha vivido ella: "Estábamos dormidas y se ha escuchado un ruido muy fuerte, después todo se derrumbaba, creía que el edificio iba a caerse; al encender la luz estaba todo lleno de polvo y se escuchaba a los vecinos gritar preguntando que qué había pasado y que si estábamos todos bien, pero la vecina de debajo decía que no se podía mover, entonces he bajado a por ella y la he vestido, tenía el camisón quemado y también el cuerpo y el pelo.
Nunca olvidaré ese olor, esa sensación"

Ahora, por suerte, están bien, sólo queda en nosotros el gran susto que nos llevamos ayer...

Adiós a los "amigos"

Este año he aprendido muchas cosas, entre ellas que los verdaderos amigos se cuentan con la mano de una mano, yo era de las que pensaba que esto era una frase hecha y que los amigos siempre iban a estar ahí, a mi lado; pero no, sólo permanecen los que son de verdad, los de toda la vida, dos o tres como mucho.
Es triste darse cuenta de esto, sientes decepción por personas a las que considerabas parte de tu propia familia, pero bueno; ya habrá más personas a las que realmente se le pueda poner la calificación de "amigos"
Demasiados momentos, secretos, sentimientos, deseos, situaciones, fiestas, risas y llantos juntos, es lo que realmente me apena.
Siempre tuve, por suerte, el apoyo de mi familia; sobre todo el de mi madre, pero ahora también está el apoyo de J.A, se ha convertido en mi sonrisa de cada día y el motivo de mi felicidad.

Soy feliz, muy feliz.

Hace mucho que no escribo y que no transmito mis sentimientos, pero creo que el motivo es que soy feliz, muy feliz.

Hacía mucho que no me sentía tan bien, tan alegre, tan contenta; y es que, el amor, todo lo soluciona. Son ya cuatro meses al lado de J.A., pero he de deciros que han sido los mejores cuatro meses de mi vida.

Cada "te quiero" me emociona, hace sentirme bien, hace sentirme YO, y es que es él, lo sé, no habrá otro que me haga sentir tanto como él, porque aunque soy joven, sé que quiero pasar con él el resto de mis días y de mis noches.

Ha sido el primero, le he regalo aquello que sólo se puede regalar una vez y no me arrepiento de ello, ni nunca me arrepentiré, estoy segura.

J.A.F.G.

Últimamente carezco de la inspiración suficiente que necesito para escribir, pero hoy lo necesito; tengo mono.

Ahora mismo vivo una situación idílica, podría decirse que soy una de las personas más felices de la faz de la Tierra, pero afirmar esto es muy difícil.

Por fin encontré lo que tanto tiempo llevaba buscando, él, J.A.F.G.

A veces me pregunto cómo una persona puede convertirse en una de las cosas más importantes de tu vida.

Casi tres meses a su lado, y los tres mejores meses de mi vida.

A su lado todo es distinto; él ha sido el primero, le regalé lo más bonito que podía darle.

Somos felices, le quiero.

Segundo 7 a su lado.

Una segunda oportunidad para J.A., le quiero.

¿Qué me pasa?

Mi verano va terminando y en estos dos meses he vivido demasiadas emociones juntas.
Todo empezó con el típico amor de verano un 7 de julio, todo bien hasta que llegaron las primeras peleas, los primeros celos, los primeros llantos, las primeras crisis.
También estuvo el problema de los amigo y la pérdida de unión en el grupo.
Ahora me dispongo a escribir cómo me siento, pero ni yo misma lo sé.
Hoy no me encuentro bien.

¿Amigos?

En la vida de cualquier persona existen otras personillas que son denominadas amigos; supuestamente, si son de verdad, siempre están ahí, en los mejores y peores momentos; incluso cuenta la leyenda que no es necesario llamarlos ni decirles que te ayuden, porque siempre, siempre, siempre, ayudarán a su buen amigo.

Pues bien, yo de eso creo que no tengo, o sólo tengo uno o dos. Al principio era un grupo normal, nos ayudábamos, quedábamos, hablábamos, discutíamos, lo arreglábamos; pero la cosa cambió de la noche a la mañana. Parejas dentro del grupo y adiós a todo, quedamos excluidos del grupo por el simple hecho de estar emparejados.

Ahora no nos avisan para salir, no nos dicen la hora y según ellos, es lo que nos merecemos. Qué pena de "amigos"...

¿Qué somos?

Yo también me canso, cada día me siento más confusa; hoy me habla, tontea, dice cosas bonitas, se insinúa; pero mañana ya no existo, ya no me "quiere".

Juega a que me crea que me quiere, pero me hace daño; no se da cuenta de que yo sí siento algo, que para mí no es un juego, que sonrío al ver sus mensajes y me decepciono al ver que ya no le intereso.

Cuando estoy a su lado el suelo tiembla; me traslado, ya no estoy en el planeta Tierra; cuando me mira con sus ojos azules me completa, me transforma; me deleitaba con sus besos; pero ya no está, se fue... Y no sabe lo mucho que duele.

Por fin ha salido el sol, por fin puedo disfrutar del calorcito recorriendo mi cuerpo, soy feliz, sí; el tiempo influye enormemente mi estado anímico; ahora estoy muy contenta, este tiempo me sienta bien ;)

Querido libro:

Este año en mi antiguo colegio se ha propuesto como tema del relato de la Semana Cultural: "Querido libro".
Sé que ya no soy alumna, que no puedo participar, pero  he disfrutando creando el relato que hubiese entregado si estuviese allí.

Querido libro:

Últimamente no consigo conciliar el sueño, me cuesta expresarme, he perdido las ganas de sonreír, me he convertido en una mujer solitaria, muda, triste, introvertida, ajena, miedosa y no sé en quién confiar; he considerado que ya que tú siempre estás dispuesto a hacerme reír y llorar, disfrutar y sufrir, sentir, enmudecer e impresionarme; te lo contaré.

Todo empezó cuando me enamoré por primera vez, era una adolescente en busca de esa sensación rara y bonita, necesitaba indagar acerca de esa persona, mi sed no se calmaba... Al parecerme una experiencia tan bonita decidí seguir probando; no comía, no lo necesitaba; casi no podía dormir, el ansia de más me lo impedía; sonreía con cada amanecer y puesta de sol; sentía absolutamente lo mismo que él; si lloraba, yo también lo hacía; si sentía miedo, yo estaba aterrada; si era feliz, mi sonrisa ocupaba mi rostro; si sentía dolor, el mío era aún más fuerte; si necesitaba beber, me sentía deshidratada...

El tiempo me ayudó a desprenderme de él y de su historia, me costó; pero lo conseguí, supe ser fuerte en el momento más difícil; pero mi suerte volvió a romperse: otro amor.

Esta vez era dependencia y bienestar, me sentía segura a su lado y su sabiduría me impregnaba; sí, se acabó, pero aún sigo pensando en él y en todo lo que vivimos...

Fue una relación intensa, pero fugaz; le regalé mis noches y mis días, aunque no supo apreciarlo...

Después tuve algunas relaciones, unas mejores que otras, más largas y más cortas, más excitantes y más aburridas; pero casi ninguna me dejó marcada. Entonces llegó él, claro está.

Por aquella época yo sufría un trastorno alimenticio, era anoréxica. Un duro período que conseguí superar gracias a él, siempre creí en el destino y en las señales; así que supuse que si había aparecido en mi vida era para algo, me podría ayudar a salir de ese círculo vicioso.

Me hizo reflexionar sobre mi cuerpo, estaba a punto de morir; me ayudaba a comer un poquito todos los días y lo más importante, me enseñó a quererme y a valorarme a mí misma, a decirme delante del espejo: “yo valgo mucho”. Cuando me recuperé del todo se marchó, fue una especie de salvador del que no volví a saber nada.

Finalmente volví a enamorarme, la última vez.

La recuerdo como la etapa más bonita de mi vida, fui feliz a su lado, aprendí a amar, a enseñar, a cuidar de mis hijos, a sonreír ante los males, a aparentar serenidad, a educar, a hacer de rey mago; pero, sobre todo, aprendí a comportarme ante la muerte, pues mi marido falleció y tuve que seguir sola, sacar a mis hijos adelante e intentar ser feliz.

Querido libro, ahora me siento más tranquila, por fin he sido capaz de contar la historia que tanto tiempo llevaba guardando; pero, por si no te has dado cuenta, he contado la historia que he vivido junto a ti.

Los libros me han hecho enamorarme de sus personajes; me han ayudado a sonreír con sus consejos, me han invitado a la reflexión sobre la anorexia, la muerte, la vida y el amor; me han enseñado a escribir. Por eso he querido contar la historia que me han transmitido esos millones de palabras encadenas que he leído en sus hojas, mis sentimientos hacia ellas y mi ansia de seguir sintiendo a su lado.

¿Sólo amistad?

Era una noche más, una noche fría, de soledad e insomnio, lenta y de reflexión.
Empecé a analizar todo lo que habíamos vivido juntos, nuestra primera quedada, nuestro primer beso, nuestras primeras conversaciones, las llamadas...
No sé qué es lo que quiere, no sé si siente algo, no sé a qué está jugando; pero sí sé que me está haciendo mucho daño.
Duele escuchar que no quiere nada, que sólo quiere amistad; ahora, lo más gracioso es que lo dice después de haberme besado, ÉL a mí.
Sea lo que sea, yo no tengo toda la vida para estar aquí, a su lado...
Si me quiere, que sea ya; porque lo más triste es que comenzará a apreciarme cuando no me tenga.

29. I.

Dicen que las mujeres son difíciles, que nunca se sabe lo que piensan; pues bien, el cerebro masculino es algo desconocido para mí, no logro comprender lo que se les pasa por la cabeza.
Me invita a su casa, me besa y me dice que no quiere nada serio, que sólo quiere amistad; pero esto me lo dice mientras me besa lenta y apasionadamente.
Mil cosas recorren mi mente y nada, no encuentro solución lógica a tal enigma.
¿Qué es lo que te pasa? ¿Qué es lo que quieres? ¿A qué juegas? ¿Qué hay entre tú y yo?
En fin, espero encontrar algún día una respuesta coherente...

I.

No sé si he conseguido conquistarle, o que se ha dado cuenta que siente algo por mí, o qué es lo que ha pasado; pero el caso es que he quedado mañana con él, supuestamente para que me dé una clase de taekwondo... No sé cómo acabará la cosa, pero el caso es que cada día me tiene más tonta.
Esos ojos azules, ese pelo rubio, esa voz profunda, esas tonterías que dice y esa forma de besar. Me encanta

He acabado los exámenes, por fin tengo un ratito para mí y un ratito para el blog, que lo tengo un poco abandonado.

Últimamente me he sentido un tanto perdida en el ámbito sentimental, ÉL me sigue hablando, incluso me hace entender muy sutilmente que quiere algo, pero prefiero no crearme ilusiones...
Necesito volver a ser la Patricia soñadora y feliz, pero ahora me encuentro un tanto rara, confusa y perdida, será el estrés...
En fin, él sabe que si quiere, aquí me tiene...

Duele mucho verlo y no tenerlo, sentir que ya no es para mí, que no somos el uno para el otro.

Fue poco el tiempo que duró lo nuestro, pero no sabe lo mucho que soñé con él y con poder tenerlo conmigo.

Tengo la esperanza de que en un futuro se pueda retomar lo nuestro, ojalá...

I.

Supongo que se ha acabado algo que nunca llegó a comenzar del todo.
Me dice que no quiere nada por ahora...
Aún así te doy las gracias por los momentos que he pasado a tu lado, no los olvidaré.

No lo entiendo

¿Qué ha pasado? ¿Cómo se pude esfumar todo de un día para otro?

I.

De nuevo he estado con él, de momento no es nada "serio" si puede llamarse así con 16 años que tengo, pero tengo la sensación de que sí puede llegar a serlo.
Me encantan sus ojos azules, me hipnotizan; sus besos me alimentan el alma; sus caricias me hacen partir a otra dimensión; es que no hay palabras para describirlo, simplemente es él, es aquello con lo que tanto soñé, es quien me alegra los días, es el motivo de mi sonrisa :)
Me tiene loca...

I

Ayer volví a verle, no sé aún lo que tenemos, pero lo que sí sé es que me hace sentir especial.
Cuando estoy entre sus brazos deseo que el tiempo se detenga.
Sus besos, sus ojos azul cielo, su mirada, su voz, ÉL, me tiene tonta... :)
Que sí, que vuelvo a sentirlo.

Llegó el viernes y también sus besos, sus caricias, nuestros momentos, y el principio de lo que a lo mejor es algo más que un simple royo de un día...
Me encanta :)

I.

Vuelvo a sentir ese maravilloso sentimiento, soy feliz.
Mañana quedaré con él, y podré tenerlo cerca, contemplarlo....
Ains, es que me encanta :)

Ainsss! :)

Que puede ser que sí, que puede ser que sí. :D
¡Necesito que sea sábado!

San Valentín.

Un año más esta fiesta me deprime, aquí sigo, sin príncipe azul.
No encuentro al adecuado, no veo más allá de mis ojos, quizá sea ese el problema
Es un día de celebración para muchos, pero ¿es que no hay más días en el año para decir te quiero?
El amor hay que demostrarlo cada día, cada instante, no sólo en San Valentín, que si no se marchita...
Este año tengo esperanzas de que en poco pueda surgir algo, así que ya lo celebraré en otro momento :)

Hoy no es mi día, no me siento bien.

Dice ser tu amiga, pero lo único que hace es intentar hundirte a través de malos comentarios y acciones que se sabe que te duelen.
No sabes qué le pasa, simplemente te suelta comentarios extraños, fuera de lugar y se pone a "hablar" con aquel que sabe que le tienes un cariño especial.
Me has decepcionado, y mucho.

Siempre me he considerado una chica soñadora, sensible, cursi, sincera, un poco pesimista y un tanto cabezona.
Sueño para ser feliz, es algo que necesito, necesito superar esa realidad que la mayor parte de las veces no me gusta, soñando todo es más fácil y, ¡es gratis!, aunque a veces duele.
Lo de ser sensible es algo que me ha tocado por herencia, mi sensibilidad llega a tal extremo que lloro viendo el anuncio de navidad de El Almendro, pero es algo que tengo como una virtud, el ser sensible me hace ver la vida desde otra perspectiva que muchos no llegan a ver, me tomo la vida con otra filosofía...
El pesimismo es una característica que no me gusta e intento cambiar, pero es muy difícil, supongo que soy pesimista porque no confío mucho en mí.
Y, por último, soy capaz de cumplir mucha de las cosas que me propongo gracias a mi fuerza de voluntad y a mi cabezonería.

Hoy es uno de esos días en los que una se levanta con ganas de comerse el mundo; va a ser un buen día, o vas a hacer cualquier cosa para que lo sea, lo necesitas.

Cada día más claro.

Y es entonces el momento preciso en el que lo entiendes todo.
Empiezas a darte cuenta de todo lo que te gusta hacer, sabes que sin ello no podrías vivir, lo necesitas, te hace sentirte bien, te hace sentirte especial; empiezas a unir términos, conceptos y ya está, lo ves claro.
Quizás haya gente que aún no haya tenido la experiencia, yo sí, y me ha encantado, lo tengo muy claro, cada día más.
Mi futuro académico será lo que yo quiera estudiar, no lo que la gente me diga que tiene más o menos salidas, más o menos opciones.
Haré Filología Hispánica

¡Cuidado!

Llega el 9 de enero y también el decir adiós a los excesos, a las gominolas, al chocolate, al pan, a lo rico...

Estoy viendo que me va a pasar lo siguiente:

Hoy es uno de esos días en los que te apetece ponerte el chándal, las deportivas e irte muy lejos a perderte del mundo.
Vuelve la montaña rusa emocional, recuerdas sus cambios repentinos de humor, sus te quiero antes, ahora no.
Piensas en dedicarte un ratito a ti, en cuidarte; es lo que debería hacer.

Año nuevo, vida nueva.

El nuevo año trae consigo una larga lista de propósitos que no siempre se cumplen, los míos ya los puse en una entrada anterior, pero pensando... ¿Quién no se ha propuesto adelgazar alguna vez? ¿Quién no se ha propuesto hacer deporte o ir al gimnasio, estudiar más? Sin ir más lejos TODOS me los he propuesto yo.

Y otra pregunta que me hago, ¿lo hemos conseguido alguna vez? Al principio se empieza con muchas ganas e ilusión, pero al cabo de unos meses, ¿dónde quedó la larga lista de propuestas?

Mis objetivos principales de este 2012 son, como siempre, adelgazar y hacer deporte, ¿los conseguiré?

El año pasado conseguí el primero, el segundo lo dejé por imposible.

Lo que este año voy a conseguir va a ser olvidarme de las tonterías que me dijo, y de lo que tuvimos.

También aprenderé a confiar más en mí, que me vendrá bien; y, pasaré de esos comentarios inoportunos que me amargaban la existencia.